Las nuevas ideas son la columna vertebral de la industria del juguete. La necesidad de productos innovadores es constante.

Más que una simple oportunidad para la diversión, jugar puede mejorar las capacidades de los niños para planificar, organizar, llevarse bien con los demás y regular sus emociones. Además, ayuda con el lenguaje, las destrezas matemáticas y sociales e incluso ayuda a los niños a sobrellevar el estrés.

El juego de roles contribuye al desarrollo integral del niño pues a través de este se desarrolla la imaginación, el lenguaje, su independencia, la personalidad, la voluntad, el pensamiento; se comunican con lo que les rodea, conocen el mundo...

Todas las civilizaciones, en cualquier momento de la historia, fabricaron juguetes para que los niños jugaran.